La productividad como eje para el desarrollo sostenible agroindustrial y corporativo en el posconflicto

Resumen

La globalización como proceso macroeconómico que busca otorgar oportunidades de crecimiento y desarrollo para los países y sus habitantes dista de lograrlo. Países cada vez más ricos en detrimento de los llamados “tercermundistas”, yuxtapuestos a aquellos en vías de desarrollo, seres humanos en condiciones de pobreza extrema, trabajadores mal remunerados, empresarios en bancarrota, hacen que la insatisfacción general vaya en aumento, reflejándose constantemente en la conformación de grupos de extremas, delincuencia común, organizaciones transnacionales criminales, etc., que ven en el delito la manera más rápida y eficaz de constituir un patrimonio que por vías legales y ordinarias no podrían tener. Los ingentes esfuerzos de varios Estados (incluido el nuestro) para lograr la paz a partir de acuerdos que favorezcan la inclusión social y nos lleven a un posconflicto resultan insuficientes, ya que los problemas de base no se solucionan; por lo tanto, es imperativo buscar alternativas de crecimiento transversal que dinamicen las relaciones estatales y humanas. La democratización de la economía debe entenderse a partir del modelo de productividad con desarrollo humano que resulta del empoderamiento empresarial de los empleados, haciéndolos “socios” de las empresas para las que laboran, a partir de cooperativas de trabajo asociado al interior de las organizaciones. Que los trabajadores “se adueñen” de sus empresas se erige como el principal motor para el logro de la paz y la sostenibilidad económica y productiva de los Estados en conflicto o en procesos de posconflicto con garantías de no repetición.